sábado, 13 de agosto de 2011

Linterna Verde: Entre la Luz y el Miedo


Iron Man se topa con Star Wars. Esa es la frase de una de las críticas favorables mostradas en la página oficial de Linterna Verde. En cierta forma puede ser a grandes rasgos cierto, pero también es de las mayores debilidades de la cinta. Es decir, mezclar arrogancia cómica con tramas interestelares no parece ser una mezcla coherente cuando se está lidiando con una historia que fácilmente puede caer por sí sola en lo risible dadas sus proporciones cósmicas.
Y es ahí donde el mayor error de Linterna Verde ocurre: en la coherencia.
Cabe mencionar que universo del superhéroe en los comics es bastante extenso, y para contar la historia de su origen se tiene que contar también su mitología. Reunir esto en 2 horas y adaptarlo a un éxito veraniego que guste al mayor sector de la audiencia es una tarea nada sencilla, y lamentablemente se nota bastante que fue usado más de un guión para el resultado final.
De dicha forma, la cinta alterna muy bruscamente entre la cruzada de los Lanterns en el espacio por destruir un ancestral enemigo, el desarrollo del villano Hector Hammond, el romance entre el héroe y Carol Ferris, y los momentos de humor forzado, dejando muy poco para realmente establecer el personaje de Hal Jordan.
Claramente se puede notar que mucho quiso ser incluido y no se encontró la forma de unirlo e irlo desenvolviendo de tal forma que el espectador pudiera verdaderamente conectar a una historia con mensaje (y en lo particular considero una de sus mejores cualidades) bueno e importante.
A pesar de ello, no recuerdo un punto en que la cinta se tornara tediosa, y gran parte de ello puede atribuirse tal vez a lo invertido en los efectos. Si bien, el primer avance dejó a todos decepcionados del traje del héroe, en cine se puede apreciar el dinero extra para perfeccionarlos, simplemente los Linternas se ven demasiado bien, y la secuencia con el ente Parallax está bastante bien lograda.
No brilla de igual forma la música de James Newton Howard, quien a pesar de ser de mis compositores de cine favoritos en antaño, no dota de un sólo tema representativo a Linterna Verde. La única secuencia donde podemos escuchar por momentos un toque de su antigua brillantez, es durante el primer vuelo de Hal Jordan con Tomar-Re (genialmente personificado con la voz de Geoffrey Rush).
Mención aprobatoria merece también la gran actuación de Peter Sarsgaard como el cabezón villano Hector Hammond; Blake Lively ilumina la pantalla con su belleza y Ryan Reynolds pues, actúa como Ryan Reynolds, muy seguramente culpa del guión.
Que por cierto alguno de los tres o cuatro escritores merece que lo absorba Parallax por las bromas del tipo película de Disney Channel. Tío, si has de querer meter a zapatazos momentos cómicos en una cinta veraniega, busca que no sólo los niños se rían de ella. De repente el asunto anda muy serio y el siguiente rato se pone la cosa bastante ñoña.

Dicho todo lo anterior, disfruté bastante de la película, creo que su mensaje de la voluntad contra el miedo es inspirador, y que los geeks de todas las edades encontrarán mucha satisfacción con el poco filtro en las secuencias espaciales. Esperemos para la segunda parte sean corregidos los errores, es un universo de muchas posibilidades el de Green Lantern, pero hay que encontrar una forma menos derivativa de presentar las historias.

Echadle mas luz: 7/10

domingo, 7 de agosto de 2011

¿Mal Cliché o Buena Nostalgia?: Super 8


Ayer un amigo me comentó vía twitter sobre las razones por las cuales Super 8 no fue de su agrado. Su principal queja es el aparente reciclaje de las ideas de Spielberg de sus trabajos de ciencia ficción en los 70s y 80s. Cuando le pregunté cuales eran sus expectativas de la película, me respondió que esperaba ver algo original y novedosamente revelador.

En mi opinión para el disfrute de Super 8 bien hace falta saber que su intención claramente no es el romper convencionalismos en el cine de ciencia-ficción, mas que entretenernos en una historia reminiscente a los años que para algunos bien podrían llamarse la época de oro del género. Dos de las más representativas de dicha época son Encuentos Cercanos del Tercer Tipo e E.T. El Extraterrestre, cuyo director funge aquí como productor, no debería ser sorpresa que su huella sea tan notable, más aún cuando dichas películas son declaradas una fuerte influencia para el director J.J. Abrams.
Muchos intentos han habido por imitar aquellos éxitos, unos más obvios que otros, pero la mayoría fallidos al intentar contar una historia lo suficientemente memorable para perdurar en la conciencia popular.
Algo que J.J. Abrams parece entender bien en su película, es aquello que verdaderamente funcionaba, y lo primero que se encuentra en Super 8 es una historia con la que su público se pueda identificar, acompañado de una trama lo suficientemente misteriosa e interesante.


Es tan difícil en estos tiempos, dada la cantidad de proyectos en la larga historia del cine, encontrar algo que podamos llamar completamente original e innovador, cuando es casi imposible encontrar una cinta que no se haya parado al menos un poco en los hombros de una antecesora, lo verdaderamente innovador es saber usar los elementos que funcionan y crear a partir de ello algo similar, pero también actualizado y fresco. Tanto E.T. como Super 8 lidian con jóvenes conectados a una presencia extraterrestre, pero de ninguna manera es la misma historia.

En el caso de Super 8, el casting y desarrollo de los pequeños protagonistas es de sus grandes fortalezas. A lo largo de los años, ha resultado más que obvio lo difícil que es incluir menores de edad como personajes principales en una película sin que esta sufra por malas actuaciones o resulte demasiado sosa. No es el caso con Super 8, donde el desarrollo de los jóvenes es tan bien llevado, que se logran genuinos momentos de tensión, nuevamente algo tan difícil de lograr cuando son niños quienes están en peligro.


¿Son notables ciertos clichés en Super 8? Mentiría al decir que no. ¿Son clichés molestos o que molesten al espectador? En absoluto. Sí, tenemos los problemas con los padres, el villano militar, el científico moralista, ciertos estereotipos infantiles, y una criatura con motivaciones no completamente distintas a anteriores extraterrestres. Algunos de estos clichés son clichés de la vida misma, otros simplemente están ahí porque son la clase de cosas que en tu interior nostálgico esperas ver.
Mucho pudo haber sido invertido en cambiar varias de estas cosas, incluso cambiar el desenlace de los personajes, para lograr algo que la audiencia más exigente bien pudiera llamar original, pero ¿era ese el objetivo de Super 8? No lo creo. Super 8 apela al niño interior, a la nostalgia de un Hollywood en que importaba contar una buena historia y permitirse ser entretenido por ella, no ser el más innovador sólo por ser innovador, llámese en efectos, llámese en guión. Esa ha sido probablemente la causa de su éxito internacional, y también de una que otra crítica negativa.
Lo innovador en Super 8 bien podría ser que tiene éxito donde muchas otras entregas en la ciencia ficción han fallado, la habilidad de saber contar una historia través de los recursos cinematográficos. La habilidad de cautivar al espectador con dicha historia, bien sea sencilla, y como ya en raras ocasiones sucede, dar lo que el niño interior ruega ver, no lo que resulte ser más cuerdo para el adulto, transmitiéndonos de paso, una lección acerca de crecer en la faz del desastre.

Supergustó: 9/10