viernes, 16 de mayo de 2014

Review: Godzilla (2014)


Sesenta años después de su primera aparición en cines, Godzilla regresa en su segunda película estadounidense. Mientras que la anterior en 1998 gozaría de éxito tremendo, muchos seguidores opinarían que el monstruo protagonista poco resemblaba al Godzilla japonés, que era una máquina de destrucción y un villano nato. En su primera película en 1954, Godzilla representaba los peores temores de los japoneses tras la bomba de Hiroshima, y llegaba como reflejo de los errores del hombre a destruir cuanto hubiera a su paso. Eventualmente a medida que interminables secuelas llegaron, Godzilla pasaría a ser de despiadado villano a un antihéroe protector de la Tierra. Cada avance y propaganda de Godzilla 2014 parecían representar el mismo espíritu de la cinta original en lo que era un nuevo reinicio del personaje, pero uno encuentra al verla una visión totalmente distinta. Godzilla no es aquí el agente de destrucción que nos venden, sino un héroe de tiempos antiguos que llega a exterminar dos gigantescas amenazas despertadas tras los descuidos del hombre. 
La película goza de un excelente reparto, pero a pesar de enfocarse en ellos por mucho tiempo de la película, les da finalmente muy poco que hacer, mas que contemplar el desastre frente a ellos, atrapados en personajes bastante clichés. Lamentablemente, lo que parecía ser durante su primera media hora el corazón de la cinta, que es la relación entre Bryan Cranston y su hijo, personificado por Aaron Taylor Johnson (y a la vez la más interesante) dura muy poco, relegando al excelente Cranston a prácticamente una especie de cameo alargado, lo cual en lo personal considero la oportunidad más desaprovechada del film. El también brillante Ken Watanabe interpreta al único científico con las respuestas, pero su personalidad carece del suficiente impacto para no perderse entre la historia. 
Luego está el problema de Godzilla. Entiendo que el director haya deseado tomar una ruta similar a Steven Spielberg en Tiburón, de mostrar sólo vistazos rápidos del  monstruo hasta su secuencia final (es un tanto curioso cuando te das cuenta que Godzilla no era mostrado tanto en los avances no por esconder su imagen sino porque en realidad aparece muy poco en la película), pero la presencia del monstruo simplemente no es sentida el suficiente tiempo en una cinta que lleva como título su nombre. Demasiado tiempo es invertido en las amenazas contra las que Godzilla se enfrentará, y esto no hubiera sido tan intrusivo de no ser por la corta duración de la cinta. Otras películas como Man of Steel o King Kong logran salir más airosas en dedicarle tiempo extra a sus villanos al permitir que el público haya pasado el suficiente con su titular en pantalla. 


Pero pasando a los efectos visuales, es ahí donde Godzilla no decepciona. Para comenzar, el diseño del monstruo es simplemente bárbaro, y su primera aparición es épica. Es hasta la última secuencia de la cinta que Godzilla es mostrado en toda su gloria, y donde la satisfacción del espectador llega a un nivel gigante con cada proeza del rey de los monstruos. Repetidas vistas tal vez demuestren que dichas escenas sean tan efectivas precisamente por habernos hecho esperar lo suficiente para verlas. 
Porque Godzilla es sin duda entretenida, pero incapaz de cubrir las enormes expectativas que acumuló desde el anuncio de su existencia. Al actualizarlo para esta generación, el director y escritores han logrado sin duda de dotarlo de una nueva personalidad que apele principalmente al público joven, pero se le ha negado el impacto del mensaje social tan sombrío y oscuro de sus inicios. Godzilla 2014 dista de ser la pelicula definitiva del Rey de los Monstruos, pero al final, terminarán amandolo.

8/10